Cuando Astérix dijo no al imperio - Publicado el 31 de Mayo de 2005
Cuando Astérix dijo no al Imperio
Por José Gabriel Alemparte Mery[1]
Las consecuencias al no de los franceses a la Constitución Europea tendrá consecuencias impensadas en la forma de volver a concebir Europa de aquí en adelante, no por nada el propio Presidente Jacques Chirac, apremiado la semana pasada por la inminente derrota, señaló a la Carta Europea como “la hija de 1789" haciendo alusión directa a la importancia y la responsabilidad histórica que tenía para los franceses la aprobación de la Constitución Europea. Por ahora, la desazón se ha impuesto en Francia y la Unión Europea ha entrado en una profunda crisis. Sin más en Francia este lunes ya comienzan a avisorarse los primeros efectos del aplastante NO a la Constitución. En el plano interno un gran perdedor Jean Pierre Raffarin y las políticas impulsadas por el propio Chirac, y un gran ganador la resistencia de los franceses que convirtieron el NO en una forma de hacer frente al malestar de la derecha de Chirac y la forma en que este ha conducido la política francesa en los últimos años. Además con ellos, emerge la figura de Nicolás Sarkozy, el niño díscolo de la política francesa y el más seguro sucesor de Raffarin como Primer Ministro francés.
Tarde la noche del domingo y cuando las urnas arrojaban un aplastante 54,89% para el rechazo, el Presidente Jacques Chirac reconoció la derrota para su gobierno en las urnas señalando, “Se trata de vuestra decisión soberana, y me la notifico en el acto”. Sin duda se trata de la decisión soberana más fuerte contra el gobierno de Chirac luego de que este llegara al poder luego de una elección donde la segunda vuelta fue entre él como representante de la derecha y el ultra derechista Jean Marie Le Pen. Es quizás el resultado de esa segunda vuelta fue la que sin duda marcó el ideario político de Chirac en estos años. Estaba claro, Chirac había llegado con el apoyo de la izquierda y en especial del Partido Socialista Francés, luego que el candidato de éste, no consiguiera los votos suficientes para evitar que Le Pen pasara al ballotage. Quizás ese triunfo apoyado por fuerzas que no eran las propias es lo que el propio Chirac no supo interpretar, más aún cuando en el último año los franceses que le votaron precisamente por la amenaza que representaba Le Pen a la República, vienen insistiendo en el descontento social que producen las políticas económicas y sociales sostenidas por la derecha francesa. Porque si existe un culpable de la derrota del tratado constitucional europeo en Francia, es aquello que los propios franceses llaman el “mécontent social” o el descontento social.
Y es que el tratado constitucional europeo sirvió en su proceso de aprobación como un ejercicio catártico contra el gobierno de Chirac, más que contra la aspiración europeizante de crear una Unión Europea sólida y definitiva, ello se explica con el OUI o el SI apoyado por el propio Partido Socialista francés que en esto sostuvo su política de defender la construcción de una Europa unida más allá del descontento social que sus propias bases denunciaban hace largo tiempo. Prueba de lo anterior es la propia declaración de François Hollande, Presidente del Partido Socialista francés titulada “La France viens de dire NON” (Francia viene de decir que NO) en donde el propio Hollande señala que; “Este voto se traduce en la amplitud de la crisis profunda que vive nuestro país. Los franceses han hecho esto patente una vez más, más aún cuando a nuestros ojos no era el momento de hacerlo, pero es la cólera y la exasperación ante un Jefe de Estado que no entendió ni quiso entender los mensajes que le fueron llegando. Cólera y exasperación también contra el Primer Ministro donde la política no es más que un juego de ajedrez. El rechazo al Tratado es ante todo el rechazo al poder, sin duda es una decisión política mayor que nos acompañará por largo tiempo y que resulta tremendamente grave para Europa”. Es que las palabras de François Hollande definen con precisión la naturaleza de la crisis institucional que emerge luego de esta votación. El NO significó sin lugar a dudas el rechazo a una manera de dirección del poder, lo lamentable de este episodio es que sienta un triste precedente a la hora de perseguir la aprobación del Tratado en los demás países europeos, ya que las crisis internas determinaran la naturaleza del voto contrario a la Constitución Europea. Ello no es menor, de hecho al ser aprobada en España hace unos meses, y una vez que ganó el SI, el Presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero lo entendió como un apoyo a su gestión de casi un año al frente de España.
Con todo aparte del riesgo que implican las crisis internas para la Constitución Europea, sin lugar a dudas y en plano internacional, Europa tendrá una debilidad de nacimiento, ello se prueba en el rechazo a la Constitución, pero además carecerá de la institucionalidad requerida manteniendo el status jurídico que ha tenido hasta aquí. Ello retrasa el ideario europeo, mucho más allá de lo que los propios líderes europeos están dispuestos a reconocer. En este sentido, José Manuel Durao Barroso, Presidente de la Comisión Europea y ex Primer Ministro portugués se apuró en bajar los decibeles del problema que surge hoy en torno al rechazo francés a la Carta Europea.
Pero sin duda, la tormenta no solo ha explotado en toda Europa, sino que en Francia habrán esta semana radicales cambios en la forma de concebir el poder. Por lo pronto se espera que este 31 de Mayo, Chirac defina al sucesor de Raffarin como Primer Ministro (ya es un hecho que el Primer Ministro será la cabeza que habrá que cortar si se quiere entender el porqué del NO). Pero aquí surge una interesante disputa que habrá que observar con cautela en los próximos días. Entre los posibles sucesores de Raffarin están el Ministro del Interior y ex Ministro de Relaciones Exteriores francés, Dominique de Villepin (familiar para muchos chilenos porque fue quien se opuso en el Consejo de Seguridad de la ONU a la invasión estadounidense en Irak), y el niño díscolo de la política francesa, Nicolás Sarkozy. Este último es el favorito para suceder a Raffarin en Matignon.
Pero la historia de desencuentros de Raffarin con el pueblo francés se suceden con prontitud por estos días. “Les Raffarinades”, esto es las expresiones desatinadas del Primer Ministro francés han sido en los últimos años pan de cada día. Conocida es la vez que Raffarin señaló que la “Francia de abajo” (refiriendose a la Francia de escasos recursos) no era una categoría social sino un mestizaje social, acrecentando las críticas por su racismo y su desinteligencia. A ello debe sumarse los proyectos impulsados por el propio Primer Ministro para modificar la jornada laboral, bajar la indemnización por cesantía que provocaron la ira de los franceses e hicieron estallar protestas en toda Francia. Ello sumado al pésimo manejo que tuvo el Raffarin frente a la ola de calor que asoló a Francia en Agosto de 2003, lo cual repercutió en las elecciones regionales de Marzo de 2004 donde la izquierda se impuso, recuperándose de la derrota histórica que llevó a Chirac al poder. Y aunque la derrota de la derecha fue contundente en esas elecciones la figura de Sarkozy volvió a elevarse cuando el líder de la UMP se retira del Gobierno y del Ministerio de Economía, mientras que Raffarin seguía cometiendo errores y enfrentandose a los sindicatos. Es que Sarkozy es un político con un tremendo olfato, muchos lo sindican como el sucesor natural de Chirac, joven, inteligente y por sobre todo astuto en su forma de hacer política. No por nada Sarkozy fue el primero en entender que el NO a la Constitución Europea tenía que ver con un asunto interno más que externo, y se aprovecho de canalizar aquello. Hasta aquí el único de los líderes franceses que de cierta manera escuchó el clamor popular frente a los discursos racionales e institucionales de la izquierda francesa, que cooptada por su trabajo histórico en favor de Europa desatendió las necesidades del pueblo francés.
Sin duda Francia esta en la encrucijada, frente a lo que el Diario Le Monde llamó el rechazo de Asterix de ser parte del imperio.
[1]José Gabriel Alemparte Mery, es egresado de Derecho de la Universidad Diego Portales. Ex Vicepresidente de la Federación de Estudiantes de dicha Casa de Estudio entre los años 2002 y 2003.
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