Columna de Opinión Diario El Mostrador
5 de Noviembre del 2006
La nación olvidadapor José Gabriel Alemparte Mery *
El 30 de noviembre, la Presidenta Michelle Bachelet viajará a la ciudad de Abuja, Nigeria a lo que será la histórica Primera Cumbre África-América del Sur. En esta inédita reunión, se encontrarán mandatarios de ambos lados del Atlántico, los que a cada orilla del Océano sabrán encontrar puntos comunes en la historia post segunda Guerra Mundial, respecto de la explotación, y la falta de coherencia en las políticas internacionales de las grandes potencias mundiales, es pues, el momento que el Gobierno chileno fije líneas de acción claras respecto de su relación con África, y particularmente profesionalice el trabajo de la Cancillería en torno al mundo africano, exigiendo de paso una mayor coherencia a ciertos socios internacionales a fin de intentar mitigar los atropellos del África olvidada.
El mejor arquetipo de la falta de importancia en torno al tema panafricano, es la falta de conocimiento que Chile tiene respecto de un continente complejo, lleno de sombras y luces que pareciera estar más lejos de nuestro país, que regiones más lejanas a éste, como el Sud-Este Asiático, importante socio comercial de Chile. Dentro de las definiciones de consideración de la política exterior chilena, fijadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores chileno en democracia, se señala como sustento de la misma, la intención de “insertar” comercialmente a Chile, sobre la base de la apertura de nuevos mercados que permitan sustentar una base mercantil donde Chile pueda exportar sus productos, y por otra parte la posibilidad de contribuir a un mundo más seguro, donde el multilateralismo de las organizaciones internacionales juega un papel primordial en cuanto a la preocupación que Chile debe tener por difundir y auspiciar procesos democráticos y de respeto por los derechos humanos.
Sobre lo primero, mucho se ha hecho y se ha escrito, los propios Tratados de Libre Comercio con naciones como Estados Unidos, Corea del Sur, China, y bloques comerciales como la Unión Europea, además de las negociaciones con Perú y Japón entre otros son la mejor demostración de aquello. Pero así y todo, pese a que “abrir” mercados para las exportaciones chilenas puede resultar económicamente beneficioso, ello puede, en ciertas ocasiones verse incomodado por la capacidad de Chile de exigir, por su propia historia política reciente, de una mayor coherencia a las grandes potencias en cuanto a su verdadera intención por contribuir a la democracia y el respeto a los derechos humanos en continentes como África.
Chile en los últimos dieciséis años ha hecho las cosas bien en materia política, sabiendo resolver los conflictos de una sociedad dividida por el rencor de luchas pasadas. Es por ello que está en posición de exigir acciones concretas, particularmente a las naciones industrializadas por un compromiso verdadero con el respeto por el estado de derecho, la democracia y los derechos humanos en África, y por ello la visita de la Presidenta Bachelet a África será un hecho histórico, que esperamos sea el primer paso a un cambio verdadero en la forma de enfrentar el tema africano. Motivo de lo anterior, es la denuncia sostenida que se ha hecho, particularmente, respecto de ciertas naciones africanas donde los países industrializados, como antaño en Latinoamérica, han gozado de la explotación cuasi monopólica de sus recursos naturales, auspiciado el “laissez faire” y “laissez passer” con sangrientos dictadores que les son útiles a los intereses de turno –algo de lo que los latinoamericanos sabemos de sobra con ejemplos como los de Pinochet, Videla, Stroessner, Somoza y más recientemente Noriega y Fujimori-.
Resulta muy importante, en la línea de lo anterior, que la Presidenta ponga en conocimiento de la comunidad internacional la situación de Guinea Ecuatorial, antigua ex colonia española ubicada entre las Repúblicas de Gabón y Camerún, en la costa atlántica de África –que se independizó de Madrid en 1968- con la que Chile comparte sus raíces hispanas, la cual, se ha convertido en la década de los noventa en el tercer productor de petróleo del África Subsahariana. Guinea Ecuatorial ha sido gobernada con mano de hierro desde 1979 por el general Teodoro Obiang Nguema, quién según reportes de Amnistía Internacional y la ONU, ha violado sistemáticamente los derechos humanos, encarcelando, torturando y persiguiendo a opositores políticos, además de enriquecerse ilícitamente con los contratos de explotación petrolífera que éste ha firmado con Corporaciones como Exxon-Mobil, Amereda Hess, Texaco y Repsol España, y que lo ha llevado a que el Subcomité del Senado de los Estados Unidos, lo haya declarado como uno de los depositantes – con el General Pinochet- de cerca de 700 millones de dólares en cuentas personales en el ex Banco Riggs de Washington. Con lo anterior, mientras Obiang se enriquece, y Transparencia Internacional declara a Guinea Ecuatorial como uno de los países más corruptos del planeta, ello acompañado al extraordinario ingreso per cápita de 50.000 dólares para una nación africana, el Departamento de Estado de Estados Unidos, reconoce “que el producto del enriquecimiento de la explotación petrolífera no pareciera estar llegando al pueblo de Guinea Ecuatorial”, y como no, se estima que más del 80% de la población vive por debajo del nivel de la pobreza (4 $ por día) y que cerca del 60% entre esos pobres, viven en la pobreza absoluta (menos de 1 $ por día); además más del 75 % de esta misma población no alcanza a satisfacer la canasta mínima de bienes. A lo anterior se suma que la esperanza de vida al nacer de la población guineana es de 42 años en los hombres y de 44 en el caso de las mujeres, conforme a cifras entregadas por la OMS en el año 2004. El año 2003 sólo el 32, 6 % de los niños guineanos llegaba a quinto grado de educación básica, existiendo profundas deficiencias de infraestructuras en escuelas, hospitales y centros comunitarios en el país. Con lo anterior datos del Banco Mundial permiten concluir que más del 80 % de la población guineana no tiene acceso al agua potable.
Pese a lo concluyente de los hechos anteriores, en abril de 2006, Condoleezza Rice, recibió a Teodoro Obiang Nguema en Washington D.C. señalando que éste “es un buen amigo de los Estados Unidos, y un modelo para la región africana”, lo que equivale a señalar que Enron sería un buen modelo de administración financiera y modelo digno de imitar – incluso Rice, pareciera no haber leído el Informe sobre el caso Riggs- pero el motivo para la “amnesia temporal” de la funcionaria norteamericana, es precisamente la capacidad de asegurar el suministro de petróleo que proporciona Guinea Ecuatorial frente al sombrío panorama del “entrampamiento de Irak” y la convulsionada Venezuela de Chávez. Los gobiernos españoles no lo han hecho mejor, por el contrario sólo la semana recién pasada, el Canciller español Miguel Ángel Moratinos, anunció que el Presidente Rodríguez Zapatero recibirá a Obiang Nguema en Madrid a fin de “relanzar” las relaciones con la ex colonia africana que pasaron por un momento de enfriamiento momentáneo con Aznar. Y como no habrían de hacerlo, asegurar a Obiang en el poder, significa, afianzar la capacidad de firmar contratos de explotación petrolífera con capitales españoles como Repsol-España. Este “relanzamiento” le ha válido a los opositores de Obiang organizados en España bajo el “Gobierno en el exilio” ser despojados de sus visados como “refugiados políticos”.
Es por lo anterior que la Presidenta debe tener una misión clara en torno a enfrentar posiciones y denunciar situaciones como las de Guinea Ecuatorial, estamos seguros que por su propia historia personal ella conoce de la importancia de la solidaridad internacional como apoyo contra sangrientas dictaduras, asegurando una política exterior chilena comprometida con el respeto por los derechos humanos y la democracia, por sobre cualquier otro interés de corto plazo, y en cualquier rincón del planeta. Por su historia Chile está en posición de enfrentar asuntos como los de Guinea Ecuatorial y exigir una pronta ayuda en beneficio del continente africano.
José Gabriel Alemparte Mery. Egresado de Derecho de la UDP, ex vicepresidente de la Federación de Estudiantes de la misma casa de estudios, fundador de Comité de Solidaridad con Guinea Ecuatorial y el Continente Africano (www.csge-chile.blogspot.com). Militante de la JDC.